domingo, 16 de marzo de 2014

Similitudes entre Lope, la película y las características del teatro Barroco

Teatro Barroco Película Lope

-Se distinguían los dramas de las comedias
En el teatro inicial de la película, el drama y la comedia son elementos diferentes, hasta que Lope de Vega los fusiona en su nuevo teatro.


-Los espectáculos son cada vez más soeces.
El teatro de la época no muestra actos así, pero sí que aparecen en la película, que intenta plasmar la forma de vida de la época.


-La iglesia prohíbe el teatro por falso y libertino.
En la película, Lope no tiene problemas con la iglesia, pero Fray Bernardo, a pesar de ser un íntimo amigo suyo, no se ve del todo convencido y nunca está de parte de la afición de Lope por el teatro.


-Actores profesionales.
Al igual que en el teatro Barroco, en la película la mayoría de los actores, si no todos, están remunerados.


-Surgen las compañías profesionales.
En la película, bien se muestra la compañía de Velázquez.


-Da al público del corral de comedias  lo que le gusta utilizando una lengua que comprenda bien.
Un ejemplo de la película se da cuando, representando la comedia de Lope, las indias hablan en castellano, pero se supone que hablan en indio…



Había cinco personajes principales:
1) El rey: Velázquez.
2) El noble: Perrenot.
3) El caballero:Lope de Vega.
4) El galán y la dama: Lope de Vega e Isabel, y por su parte Elena, y el Duque e Isabel.
5) El gracioso o donaire:los enfermos, el cabecilla de la compañía de Velázquez...


Había tres temas principales:
1) El honor: la huída y condena de Lope, giran en torno al hecho de que infringió o rompió el honor de los Velázquez y del Sr. perrenot.
2) La religión: No se toca mucho en la película.
3) La tradición nacional: es otro de los temas llevados a escena; se representaban historias relacionadas con España, y se cantaban canciones populares etc…


Ver película Lope

domingo, 9 de marzo de 2014

Reportaje sobre el futuro profesional adolescente

La adolescencia es un periodo muy complicado de la vida. Los chicos y chicas viven en ella cambios continuos a los que deben adaptarse. Y al tiempo es el momento de tomar una serie de decisiones que pueden ser determinantes para su futuro. Una de las más trascendentales es la de su futuro profesional.

La mayoría de los padres y madres asisten preocupados a esta toma de decisión. Ellos ven que sus hijos son todavía demasiado jóvenes e inexpertos para decidir sobre algo que será fundamental durante toda su vida adulta. Pero a la vez saben que este es el momento para empezar a planificar esa vida adulta.

Hay dos buenas noticias sobre este asunto. La primera es que la mayoría de las decisiones que se tomen en ese momento no son totalmente irrevocables. Es posible ir adaptándolas a los cambios que se vayan produciendo en la vida del adolescente. La segunda es que ellos, los padres y las madres, pueden ayudar mucho a sus hijos para que las decisiones sean las correctas.

Cuándo deben decidir sobre su futuro
La respuesta correcta es que cuando estén preparados para ello pero eso no siempre es totalmente claro. Una de las características de la adolescencia es la indefinición, las dudas. Esa puede ser la característica más clara de la vida adolescente: el continuo cambio de opinión. Ello no es malo, solo es un reflejo del periodo de crecimiento y adaptación a sus propios cambios que viven los adolescentes.

Pero a la vez y a pesar de dudas e indefiniciones, los adolescentes deben ir tomando decisiones sobre su futuro, deben elegir materias en la escuela, deben comenzar a mirar universidades y deben empezar a prepararse para su futuro profesional.

Si los padres ven que a su hijo le cuesta definirse, que no consigue saber qué es lo que quiere para su futuro aunque sea de forma aproximada pueden ayudarle a que encuentre su camino.

¿Puede ser un error tomar una decisión demasiado pronto?
Eso dependerá de cada caso. Algunos chicos tienen clarísimo a qué se quieren dedicar de adultos desde que son muy jóvenes. No tienen dudas. Pero eso es minoritario. La mayoría tendrá algunas preferencias que irá cambiando con el paso de los años.

En el primer caso, cuando son ellos los que tienen una vocación clara, no tiene por qué ser un error comenzar a enfocarse en ello desde que son pequeños. En el segundo caso, cuando los propios padres ven que su hijo cambia a menudo de idea, es aconsejable que todas las decisiones que se tomen no sean definitivas, que no se cierre la puerta a un cambio de orientación más adelante.

Qué hay que tener en cuenta para ayudar a los hijos a decidirse
Lo más importante son sus preferencias y apoyarlos en todo lo que tenga que ver con conseguir aquello por lo que luchan. Pero es fundamental también analizar bien las características de su personalidad.
  • Intereses. Lo más habitual es que los intereses de los jóvenes estén ya relacionados con lo que quieren para su futuro profesional. Una adolescente o un adolescente cuya pasión son los deportes o que destaca fuertemente en ellos estará bien enfocado si ve su futuro en relación con esa actividad. O un adolescente que ha escrito desde que era niño y quiere ser escritor o una chica o un chico interesado por la ciencia o las matemáticas desde que estaban en primaria que quiere dedicar su vida a la investigación científica. En general estudiando bien los interés que desde niños han tenido nuestros hijos podemos saber si aquello que han elegido para su futuro puede ser una buena opción para ellos.
  • Carácter. Las profesiones, o al menos la mayoría de ellas, están muy relacionadas con un tipo de carácter u otro. Y ya desde la adolescencia podemos ver cuál es el carácter de nuestros hijos. Por ejemplo, si nuestro adolescente es extremadamente tímido, no le gusta trabajar en equipo y no tiene facilidad de relación con el resto de las personas no estará muy preparado para dedicarse, por ejemplo, a la política.
  • Capacidades. Hay adolescentes que destacan fuertemente en una materia. Si nuestro adolescente ha destacado desde siempre en las matemáticas y el dibujo y quiere ser arquitecto, sabremos que ha elegido bien su futuro. Por el contrario, una chica o un chico con dificultades de expresión, no estará acertando si se enfoca hacia el periodismo.

Todo eso deben analizarlos los padres junto a sus hijos adolescentes para ayudar a estos a decidir sobre su futuro.

Un trozo de papel escrito

Sabéis, los estudios, es un tema con el cual tengo un peculiar conflicto. Ya desde hace bastantes años (unos 5) mis tutores siempre me han dicho que estudie más, que me esfuerce más, que yo con mi cabeza, debería sacar dieces en ves de seises y sietes, que la mía es una cabeza desaprovechada. Sabéis qué me dicen?? me dicen que estudie, estudie y estudie, de 3 a 5 horas diarias, que cuando acabe de estudiar, repase, que memorice todos los libros, que haga todos los ejercicios, que sea el ojito derecho del profe, que saca todo dieces y que siempre hace los deberes. 

Y yo digo NO.
No, porque es  estúpido, porque no tiene ningún fin. Vale que conocer todas estas cosas te aporta mucha cultura...pero yo nunca he mantenido una conversación sobre pitágoras y su teorema, ni he analizado morfosintáctimente lo que alguien me ha dicho para entenderlo. Porque es estúpido, estudiar para nada, estudiar sin ningún fin, estudiar con el fin de acabar estudiando. Porque no me convierte en una persona mejor, en una persona más inteligente, tampoco soy más guapo, ni saber dibujar un cuerpo humano en perfecta proporción va a hacer que descubra la cura al cáncer. Porque en una sociedad en la que todos los estudiantes estuvieran de 3 a 5 horas estudiando, no existiría el deporte, el concepto de amistad sería una cosa rara, y la cantidad de sonrisas y buenas horas que se desperdiciarían sería demasiado grande.
Porque es estúpido, aprender a leer en infantil, para estar preparado para poder prepararse, en primaria, para prepararse, en secundaria, para estar preparado, en bachiller, para slectividad. Una vida, girando en torno a una semana de exámenes, en torno a una nota, en torno a un número, en torno a un trozo de papel escrito. Y yo creo, que no está bien.


Tomar decisiones


Todos sabemos, que ser un adolescente no es fácil, y no es fácil, porque los adolescentes siempre tendemos a dificultarnos mucho las cosas, ¿cómo?, tomando malas decisiones, o decisiones no del todo correctas.

En nuestra vida nos encontramos con situaciones en las que hay que tomar decisiones continuamente, cuando hay que escoger si ir por un camino o por otro, si dar una respuesta en un examen o dar otra, si ir a hablar con menganito que está triste porque le ha dejado menganita, o con menganita que está libre, y como un tren… Todas estas cosas nos complican la vida, en el presente, y nos la dejan complicada para el futuro. Pero, ¿y si hubiera una forma de tomar siempre las mejores decisiones? Una especie de bola de cristal, que nos diera las repuestas. Una de las funciones de este blog, es ayudar a resolver dudas sobre esas opciones, que en un futuro pueden acarrear grandes males, o grandes bienes.

No existe ninguna bola de cristal, pero sí existen estudios científicos, que nos dan varios consejos:
Tras consultarlo con la almohada. Conviene dormir antes de tomar una decisión importante. Por un lado, tal y como ha demostrado Matthew Walker, de la Universidad de California en Berkeley, mientras soñamos -en la fase REM del sueño- nuestro cerebro suaviza las emociones dolorosas o desagradables almacenadas en la memoria. “Después de dormir las experiencias del día anterior han reducido su carga emocional, nos sentimos capaces de afrontarlas”, explica Walker. A esto se suma que investigadores de la Universidad de Duke demostraron que una noche sin dormir aumenta la actividad cerebral en regiones que evalúan los hipotéticos resultados positivos, de tal modo que la falta de sueño potencia las decisiones arriesgadas.

Con la vejiga llena. De acuerdo con un estudio llevado a cabo por investigadores holandeses de la Universidad de Twente, mientras resistimos la necesidad urgente de ir al baño incrementa la capacidad de autocontrol del nuestro cerebro, lo que nos ayuda a elegir mejor entre varias opciones. Concretamente, los experimentos revelaron que las personas con la vejiga llena suelen optar por las decisiones que implican mayores recompensas a largo plazo.

Mejor con azúcar. Los niveles de glucosa en sangre afectan al proceso de toma de decisiones. A través de un experimento, Robert D. Dvorak y sus colegas de la Universidad del Sur de Dakota (EE UU) comprobaron que después de ingerir una bebida carbonatada con azúcar tomamos decisiones más orientadas hacia el bienestar futuro, mientras que tras consumir bebidas sin azúcar – edulcoradas con aspartamo- tendemos a ser más impulsivos y a buscar la recompensa inmediata.

Videojuegos para entrenar. Los videojuegos de acción nos entrenan para elegir mejor en la vida real, tal y como han demostrado Daphne Bavelier y sus colegas de la Universidad de Rochester. En concreto, los “jugones” son más sensibles a lo que sucede a su alrededor, perciben mejor los detalles importantes y toman decisiones eficaces más rápido. Por si fuera poco, este tipo de videojuegos mejoran la capacidad de conducir, practicar la multitarea o seguir la pista de un amigo en medio de una multitud, según publicaban los investigadores en Current Biology.



Bueno, y para despedirme, os dejo un videojuego para que toméis mejores decisiones...Super Mario Bros 2.